sábado, 22 de septiembre de 2018

Festival de Cortometrajes Cortos y Cañas 2018

Está a punto de empezar la cuarta edición del Festival de Cortometrajes Cortos y Cañas. Una vez más los protagonistas serán los cineastas y sus películas, el público y, como no podría ser de otra forma en La Leyenda Vigo: la cerveza. Este año cambiamos de ubicación y los films se proyectarán en la pantalla gigante de nuestro local del Calvario (Calle Urzaiz 195). 


La competición dará su pistoletazo de salida el próximo lunes 24 de septiembre, donde se exhibirán cinco cortometrajes, tres dentro de concurso. Al final del pase los asistentes votarán su corto favorito usando las papeletas que se les entrega con cada caña que consuman. La obra más votada pasará a la final que se celebrará en diciembre. Los premios incluyen, entre otros muchos: un barril de cerveza Mahou Cinco Estrellas, una cena para dos en La Leyenda Vigo, una caja de Mahou Maestra, una botella de Vermut La Leyenda... 

La comedia, el thriller, el romance, la animación, la crítica social… Todos los generemos y temas tienen cabida en nuestro festival, cualquier excusa es buena para pasar un rato agradable entre amigos, descubriendo a los cineastas del futuro. 

En la primera edición obtuvo el primer premio Deber de Ángel Manzano, que ese mismo año ya había ganado el Premio del Público en el Festival de Cans y el Premio al Mejor Cortometraje en Redondela en Curto. El segundo año venció Cretinos de Edu Moyano que venía de participar en el Festival de Gijón. Y en la tercera entrega se llevó el primer premio La Lección de Hugo Gómez, después de haber participado en más de cuarenta festivales nacionales e internacionales. 

En el concurso de este año la afluencia de concursantes, ha superado las previsiones más optimistas. Presagio de una “cosecha” de año extraordinario. No faltéis.

viernes, 20 de julio de 2018

Las tostas de La Leyenda Vigo

Tradicionalmente, la tosta consiste en una rebanada de pan tostado cubierta con ingredientes salados. Su origen es demasiado antiguo como para que haya registros escritos de su nacimiento. Muchos expertos culinarios emparejan su desarrollo y evolución al del propio pan, uno de los primeros alimentos procesados en la historia de la humanidad. Estos mismos especialistas defienden que la cultura de la tosta es anterior a las del bocadillo y, por supuesto, a la del sándwich, que data del siglo XVIII en Reino Unido por el extravagante John Montagu IV, Conde de Sandwich.

Club de Caballeros donde el Conde John Montagu IV solía comer sus sándwich

En la cultura Escandinavia pervive la costumbre de desayunar una variante muy parecida a nuestras tostas saladas atiborradas de fiambres o pescados. En Dinamarca las llaman smørrebrød y en Suecia smörgås, por ejemplo. 

Si ponemos el foco en España, sobre el siglo XV o XVI el pan era el alimento básico. Muchas veces se tostaba al horno y se cubría con los ingredientes que se tenían a mano. Su versión más básica consistía en apilar sobre el pan tostado cortes de jamón. Los montaditos andaluces, los pintxos vascos y pa amb tomàquet catalanes son una variante de estas tostas.

En La Leyenda Vigo ofrecemos una gran variedad de sabrosas tostas tanto dentro como fuera de carta. Pero nuestra tosta estrella es Tosta La Leyenda, una receta única y original, de elaboración casera y que lleva triunfando en nuestra carta más de veinte años. Confeccionada con productos cien por cien gallegos, consiste en una rebanada de pan cubierta lacón, queso fundido de tetilla y tomate.

Tostas de La Leyenda Vigo

miércoles, 20 de junio de 2018

Killer Dog

El perrito caliente es, junto a la hamburguesa, la comida más popular en la clase trabajadora de Estado Unidos. Hay diferentes teorías sobre su origen. Todas ellas coinciden en que la salchicha, ingrediente principal de los hot dogs, fue importada por los emigrantes alemanes y que a finales del siglo XIX este tipo de sándwich se empezó a vender con gran éxito en stands callejeros en Nueva York y Chicago. 

En poco tiempo los puestos de perritos proliferaron en todo Norteamérica. Ayudó a su difusión la venta durante los descansos de los partidos de béisbol y otros eventos deportivos. Entre sus promotores más ilustres se pueden incluir a los hermanos Richard y Maurice McDonald, que abrieron una tiendecita junto al hipódromo de Monrovia, California. No obtuvieron los beneficios que esperaban, sin embargo el proyecto les dio el dinero suficiente para abrir un nuevo restaurante, que representó el pistoletazo de salida de lo que ahora todos conocemos como McDonald’s


Fue el polaco Nathan Handwerker, con su emblemático puesto de perritos instalado junto al parque de atracciones de Coney Island, el precursor de la fama del alimento. Cuando en la década de los veinte la estación de metro se inauguró justo frente a su establecimiento, las ventas se dispararon. El negocio prosperó y fundó una cadena de stands a los que llamó Nathan's Famous. Hoy en día, con establecimientos abiertos alrededor de todo el mundo y patrocinador oficial de la liga de béisbol americana, todos los años organiza una competición que mide quién puede engullir más perritos calientes en diez minutos. El record lo ostenta Joey Chestnut desde 2017 al comerse setenta y seis perritos. 

Al mismo tiempo, en los años cuarenta y cincuenta, en los estados mexicanos de Sonora y Baja California, aparecen los jates, como los llaman por allí, donde ya forman parte de su comida regional. Como no puede ser de otra manera, manteniéndonos fieles a nuestro espíritu fronterizo, en La Leyenda ofrecemos el Killer Dog: un bocadillo de salchicha gigante ahumada en madera de haya, con queso, cebolla crujiente, kétchup y mostaza (al estilo neoyorkino) y le añadimos beicon y lechuga (ingredientes característicos de hot dog sudcaliforniano).


domingo, 20 de mayo de 2018

Los nachos


Los nachos son una de las insignias de la comida Tex-Mex. Si piensas en comida mejicana es lo primero que te viene a la cabeza. Consisten en unas tortillas de maíz fritas cubiertas de queso Chédar. En La Leyenda los servimos con Aliento del Dragón, una salsa casera picante con ternera, frijoles y jalapeños. 

Su creación es muy reciente y surgió de manera accidental, del ingenio y la picardía del maître mexicano Ignacio Anaya. 


Corría el verano de 1943. Después del estallido de la Segunda Guerra Mundial y el ataque a Pearl Harbor, el ejército norteamericano estableció una base aérea cerca de Eagle Pass, en la orilla texana de Río Grande. Era común que los oficiales y sus familias aprovecharan su tiempo de ocio para cruzar la frontera mexicana y disfrutar de la comida en los restaurantes de la ciudad de Piedras Negras. 

Ignacio Anaya

Una de esas tardes, un grupo de esposas de los militares destinados allí, después de un largo paseo, se sentaron en la terraza del Victoria Club. Tenían sed y querían algo de comer, un pequeño snack. El encargado del restáurate, Ignacio Anaya, estaba sólo, recogiendo. Era tarde y hacía rato que había mandado a los camareros y al cocinero a casa. Por no decir que no a sus nuevas clientas, se metió en la cocina, se puso el sombrero de cocinero e improvisó un plato con lo que había en la alacena. 




Frank Liberto
Les sirvió tortillas de maíz fritas cubiertas de queso y jalapeños. A las mujeres, les encanto. Les gusto tanto que bautizaron a la nueva creación como «La especialidad de Nacho» (Nacho’s Special, en inglés). Pronto el Victoria Club era una las paradas obligatorias si cruzabas la frontera. Su fama se fue extendiendo por todo el estado de Texas. Y se internacionalizaron a partir de la década de los setenta. El gran salto a la fama de los nachos se le debe a Frank Liberto, uno de los concesionarios de comida en el Arlington, en aquel tiempo estadio de beisbol de los Rangers de Texas. Frank Liberto introdujo la venta de nachos para hacerle la competencia a los perritos calientes y las palomitas. El sabor picante era una combinación perfecta para disfrutar con la cerveza en el estadio. En cuestión de semanas, en EEUU los nachos eran tan famosos como las hamburguesas. 

Se puede decir que los nachos son una comida intrínsecamente mexicana popularizada por los texanos. 


viernes, 20 de abril de 2018

El vermut de la Leyenda


Cary Grant solía beberse un vermú antes de enfrentarse al rodaje de una escena. Decía que le templaba los nervios. Salvador Dalí contaba entre sus costumbres favoritas, la de tomarse uno doble del tiempo –sin nada de hielo– con una aceituna flotando en el oscuro licor. Cuentan que lo degustaba siempre acompañado de amigos en largas tertulias sobre arte, actualidad y repletas de anécdotas. En España la bebida está tan arraigada en nuestra cultura que incluso usamos la expresión tomarse un vermut para referirnos a la costumbre de beber algo -una caña de cerveza, un vino o la propia copa de vermut- acompañado de una tapa, a la hora del aperitivo. 
Pero, ¿cuál es el origen del vermut? 

Etimológicamente, aunque a nuestra lengua llegó a través de la influencia francesa y el vocablo vermout; este a su vez proviene del alemán wermut y que significa ajenjo o absenta

Su invención se remonta al siglo V antes de Cristo. El llamado “padre de la medicina” Hipócrates elaboraba brebajes medicinales mezclaba el vino con plantas aromáticas y ajenjo –ingrediente fundamental del vermut y hierba ya utilizada por la civilización egipcia–. Su uso se generalizó durante la Edad Media. En 1773 el médico italiano Villifranchi recopilaba y plasmó en sus textos enológicos aquel licor cuya elaboración había sido transmitida oralmente. Un poco más tarde, a principios del siglo XIX el vermut se comercializó a gran escala de la mano de los hermanos Luigi y Giuseppe Cora y se expandió alrededor del mundo. 


En La Leyenda Vigo servimos nuestro propio vermú de barril con hielo y cítricos. Una fórmula tradicional basada en una infusión de raíces y plantas aromáticas que tras un periodo de maduración se mezcla con una selección de vinos, obteniendo como resultado nuestros vermús rojo y blanco de aroma y gusto característico. 

Creemos que el vermú es tan importante en nuestra oferta que hemos promovido las Sesiones Vermú para venerarlo, para celebrarlo. Música en vivo para acompañar el aperitivo de los domingos. ¿Te apetece?

martes, 20 de febrero de 2018

La multiplicación de los bares


Dicen que en Islandia no hay pájaros, sólo aves marinas. Ese cielo desierto de gorjeos y trinos es como el aroma de las naturalezas muertas, como la representación fantasmal de un aire disecado.

Los bares también poseen un firmamento que odia las ausencias, que sufre los despoblamientos voluntarios, o no, de su fauna habitual. 

Pero cuál es el rumor de los pájaros que sobrevuelan los mostradores y los taburetes, y también sobrevuela a los clientes que los habitan con una costumbre tan demorada que parece eterna. Esa temida desaparición, son las gotas amontonadas en vasos coronados de espuma, desbordados por un ímpetu interno que los empuja en cascadas de cristal. La cerveza es para los bares lo que es el canto de los pájaros para los cielos: una ausencia insufrible, la explicación que los llena de vida. 

Por eso en Lóstrego, el hermano menor de las “leyendas”, aprendimos a escanciar ésta bebida con el cuidado con el que se cultivan en las nubes las voces de los pájaros. Para que saborearla convierta nuestra boca en un crisol de aromas, degustaciones y tactos perturbadores. No pierdas la ocasión de probarlo en Gran Vía 146, Vigo.

sábado, 20 de enero de 2018

La leyenda del Tex-Mex

A veces los nombres de las cosas contienen, pormenorizada, la historia de los objetos que designan. Así podemos observarlo, aunque es relativamente nuevo, en el término cocina Tex-Mex. La escritora Diana Kennedy, en su libro de recetas Cuisines of México, publicado en 1972, lo acuñó y lo utilizó por primera vez con el objetivo de diferenciar la comida tradicional mexicana de la que se preparaba en la frontera noroeste del país azteca. 

Tren que unía Texas y México

Pero el vocablo TexMex (sin guion) es más antiguo. Originalmente se refería al Ferrocarril que unía Texas con México, que comenzó su andadura a finales del siglo XIX. Los horarios de trenes publicados en los periódicos empleaban esta abreviatura para designar ése trayecto. Ya en la década de 1920, se empezó a usar Tex-Mex (con guion), con un tono un tanto despectivo, para describir a personas de ascendencia mexicana que vivían en Texas –también llamados tejanos nuevos–. Y finalmente la etiqueta se aplicaría a la comida de estilo mexicano típica de la región.


Durante más de trescientos años, Texas y México fueron parte de la colonia española conocida como Nueva España. La cocina que hoy en día podríamos denominar como Tex-Mex se originó por una mezcla de la comida del pueblo nativo de Texas y la cocina española importada por los colonizadores. Los nativos americanos, contribuyeron incluyendo en sus platos el mezquite, los jalapeños y las judías pintas. Los españoles implantaron el ganado vacuno y el uso de su carne. Más tarde la llegada de colonos desde las Islas Canarias y bereberes del norte de África influyó en aquella comida regional con el empleo de grandes cantidades de especias como el comino o el cilantro.

Esta combinación fue evolucionando, y lo que era la cocina casera Tejana llegó a un público más amplio por primera vez en San Antonio en la década de 1880, en gran parte gracias a la comida barata y sabrosa que mujeres vendían en pequeños puestos en las plazas de la ciudad. Se les conocía como Las reinas del chile.

The Chili Queens o Las Reinas del Chile en San Antonio 

Con su popularización y su expansión por todo Estados Unidos a principios del siglo XX se fueron añadiendo ingredientes tan característicos del sabor Tex-Mex como el queso (aportación atribuida a Otis Farnsworth y su restaurante Original Mexican Restaurant), los nachos, o las enchiladas.

En La Leyenda servimos Aliento de Dragón, un plato perfecto para compartir, con salsa picante de ternera, frijoles y jalapeños. Todo ello cubierto de queso Chedar y acompañado con nachos casero. El original sabor TexMex en el centro de Vigo.

Aliento de Dragón